Este es un artículo con un amplio espíritu científico. Todo lo que a continuación leerán está basado en estudios, análisis e investigaciones.
La primera cuestión es, ¿está Gran Hermano en decadencia?
Y la respuesta más científica es: psí, psá. (Es que se me olvidó decir que soy un científico de los de la generación Wert y claro, no he visto una probeta ni de lejos).
Datos científicos (sacados de la Wikipedia y porque en El rincón del vago no estaban, ojo), las audiencias medias de todas las ediciones de Gran Hermano (sin revueltas ni reencuentros ni cacas de esas):
Gran Hermano 1 —– 9.885.000 (51,2%)
Gran Hermano 2 —– 6.698.000 (42,1%)
Gran Hermano 3 —– 5.158.000 (34,1%)
Gran Hermano 4 —– 4.669.000 (29,3%)
Gran Hermano 5 —– 4.267.000 (27,2%)
Gran Hermano 6 —– 4.607.000 (29,7%)
Gran Hermano 7 —— 4.160.000 (27,7%)
Gran Hermano 8 —– 3.401.000 (23,5%)
Gran Hermano 9 —– 3.509.000 (28,3%)
Gran Hermano 10 —– 3.784.000 (25,9%)
Gran Hermano 11 —– 3.463.000 (24,2%)
Gran Hermano 12 —– 2.615.000 (18,5%)
Gran Hermano 12+1 —– 2.962.000 (20,6%)
Gran Hermano 14 —– 2.572.000 (18,4%)
Detractores de Gran Hermano, no os flipéis que esto hay que analizarlo.
En primer lugar hay que tener en cuenta que la TDT llegó en 2010 (año de Gran Hermano 12) y que ese año comenzó la fragmentación de las audiencias y que Internet también ha contribuido a esa fragmentación.
En cualquier caso, es verdad que GH no es lo que era. Por lo pronto ya ha habido varios programas que han sido capaces de mojarle la oreja y de obligarle a cambiar de día. Sólo hay que recordar que Master Chef venció en audiencia a la final de Gran Hermano 14…
Pero ojo, que sigue siendo uno de los mejores programas de la televisión, aunque en mi humilde opinión se lo están cargando en Telecinco.
¿Por qué?
Porque Gran Hermano triunfó con unas normas muy determinadas, muy estrictas, entre ellas dos importantísimas: aislamiento total (ni visitas, ni revistas, ni reloj, nada) y no intervencionismo del programa (los concursantes hacen y deshacen sin instrucciones del programa.
Ambas normas se han roto. Lo de este año ha sido ya la repanocha, con gente entrando y saliendo de la casa cada dos por tres, con más información del exterior que los que estábamos fuera y con la organización haciendo y deshaciendo a su antojo.
Añoro los tiempos en los que un grito de fuera de la casa suponía un trauma en el concurso.
¿Por qué lo veo? (A estas alturas ya estaréis algunos poniéndome verde…) Pues os voy a poner un extracto de una de las primeras entradas en este blog, allá por el 2008:
En el universo hay muchas cosas, y no criticamos todas las que no nos gustan. Sería estúpido montarle el pollo al de la frutería porque no nos gustan las chirimoyas y las tiene a la venta. Que cada uno compre lo que quiera.
A mi sí me gusta Gran Hermano. Y que lo vea no significa que tenga ninguna tara, ni que no pueda verlo con un sentido crítico.
Y en esas estamos.